DESAFIOS CORRECALLEJEROS, ¡Algo más que correr!
Triatlón de Riaño 2014. Alan Arana Labarta
Después de las experiencias vividas por dos veteranos en el mundo de los deportes de resistencia como son Javi y Tony, hoy es algo distinto lo que vamos a leer. La primera vez que realizamos algo en nuestra vida siempre queda grabado en la retina. Pues esto es lo que le sucedió a nuestro compañero Alan, que comparte con nosotros como fue su debut en triatlón, nada más y nada menos que en un durísimo triatlón de larga distancia como fue el triatlón de Riaño el pasado mes de Julio. Impresionante la fortaleza y Espíritu de trabajo y sacrificio el mostrado por Alan para conseguir su ansiada meta!! Bravo Campeón!!!!
Por Alan Arana Labarta.
Triatlón de Riaño 2014
Mi pasión por el deporte la llevo dentro desde niño, mi pasión por el Running desde hace escasos 2 años aunque ha sido este último año en el que me he enganchado de verdad. La idea de hacer un medio Ironman surgió cuando un amigo mío me narró la experiencia vivida por su primo (autor del blog loquelicebergesconde) en un Ironman, hasta ese momento no sabía ni la existencia de algo tan "bestia". Empecé a ver videos por youtube y sentir las emociones que embargaba a la gente cuando cruzaban por línea de meta me ponía la piel de gallina, hasta se me escapaba alguna lagrimita, xdd. Entonces fue cuando me dije "esto tengo que experimentarlo yo", pero la falta de material y el tema desplazamiento hasta Lanzarote que suponía mucho dinero hicieron que la cosa se fuese enfriando. Al poco leí que tenían intención de hacer uno en La Coruña (mi segunda casa) y la chispa empezó a brotar de nuevo, pero había que empezar por algo más suave, un half, y justo este año se celebraba uno en Riaño, que suerte la mía, al lado de casa, pero aún así comprar todo el material para un primer triatlón era algo que no me podía permitir. Pues así pasaron varios meses, que me animo, que no, que miro alquilar una bici, que no, hasta que llegaron los 10km de La Virgen del Camino. Tras la carrera reponiendo fuerzas en una terracita con cervezas y los compañeros de Correcallejeros, salió a conversación que tenía en mente hacer un Half y solo se le ocurre decir a Gonzalo "yo te puedo prestar una bici"... ahora sí, la decisión estaba tomada, me iba a entrenar para hacerlo.
Nuestro queridísimo Mister, Jorge Manuel Pérez Díaz, me preparó los entrenos y me hizo un seguimiento constante de mi evolución. No fue nada fácil prepararse algo tan gordo solo, muchas horas en bici en las que pesaba la soledad. Y al igual que a nuestro compañero Javier Pérez una lesión hizo que los meses que faltaban para el Tri fuesen más cuesta arriba de lo que debería, una sobrecarga en el vasto interno de ambas piernas por una mala colocación del sillín en la bici. Pero estaba tan cerca la fecha de mi objetivo que no lo podía dejar descansar en condiciones, lo que me llevó a varias recaídas la última a tan solo 2 semanas de la prueba y la cual casi me hace tirar la toalla. Pero apareció Jorge, que con su más que vasta experiencia en estos temas, me animó a intentarlo de todas formas dejando un poco de lado la parte a pie estas últimas semanas, y así lo hice.
Llega el 11 de julio, solo falta un día, tengo unos nervios que solo recuerdo haber tenido una vez más en mi vida, lo cual me repercute algo en el estómago. Decido cenar pronto, tomarme una pastilla para dormir bien y una tila, pera nada hace su efecto, la noche se hizo muy larga. Por fin suena el despertador, me levanto, desayuno, parece que estoy algo más relajado que ayer, cargamos las cosas en le coche y ruta hacia Riaño, poco a poco me voy encontrando mejor, lo único que tengo en la mente es el repaso del material para la prueba, esperando que no se me hubiese olvidado nada.
Por fin llega la hora, un día espléndido para competir. Enfundado en el traje de neopreno de Ángel Rivero empiezo la fase a nado, la salida es caótica, todo el mundo muy junto, patadas y codazos por doquier, pero poco a poco la gente se va desperdigando y ya no tengo referencias, acostumbrado a nadar en piscina esto se me hace enorme, la boya de señalización está a 400 metros y soy incapaz de ir en línea recta, también me empieza a doler el cuello por respirar solo por un lado, cuando entrenando siempre lo he hecho por los 2, pero ese día me era imposible. Al final tras 47 minutos salí del agua, mucho peor de lo esperado, pero salí.
Empieza la T1, la gente se cambia en cuestión de pocos minutos, yo tardo muchísimo. Ultimo los preparativos para el tramo a bici y cuando me estoy calzando las zapatillas escucho una voz familiar llamándome, allí estaba Gonzalo (escribiéndolo ahora se me pone la piel de gallina), dando ánimos, diciéndome que voy sexto por la cola, eso son ánimos cojones, jeje.
Empiezo el tramo en bici, en un principio el que mejor llevaba preparado de los 3, el tiempo pasa rapidísimo, me encuentro de maravilla, sin darme cuenta ya llevaba cosa de hora y media y adelantado a 10 o 11 "contrincantes", pero poco a poco la falta de costumbre de una bici de carretera hace mella, me empieza a doler la espalda y en las bajadas ya no puedo apretar como antes, las tengo que aprovechar para ponerme recto en la bici y paliar un poco ese dolor. Tras 2 horas 40 minutos dejo la bici, me calzo las zapatillas de correr y a por la fase final. Al principio todo parecía ir de maravilla, pero pronto el dolor que arrastraba desde la bici empieza a hacerse insufrible y me tengo que parar un poco a estirar la espalda a ver si había suerte y se iba pasando. Me cruzo a Gonzalo en la primera subida, uno de mis peores momentos, me ofrece agua y me da apoyo moral. Poco a poco el dolor se va, pero viene el cansancio, las piernas cada vez pesan más, la falta de entrenamiento de carrera se empieza a notar, mi ritmo es mucho más lento del que imaginé, pero decido seguir, poco a poco, paso a paso, no queda nada, solo son 5 vueltas me decía, pero cada vuelta era eterna. Cada paso por meta allí estaban Gonza y mi novia, lo cual ayuda muchísimo y también el ir adelantando a gente, ver como muchos son incapaces de terminar y yo poco a poco lo voy consiguiendo. La última vuelta ya no había dolor, solo tenía en la cabeza eso, que era la última vuelta, que ya nada podía detenerme, que no me había molestado el vasto y mil cosas que se me pasarían por la cabeza, y tras 5 horas y 36 minutos cumplí mi objetivo, lo conseguí joder.
La llegada a meta fue extraña, pensé que me emocionaría más (me estoy emocionando más ahora escribiéndolo que aquel día, xd), no sabía si tirarme al suelo, si levantar los brazos, al final me acerque a mi novia la abracé y me dejé llevar, tocaba disfrutar del final y comentarlo con mis amigos. Fue muy grande ver el seguimiento que me hicieron todos los miembros de Correcallejeros gracias a las narraciones de Gonzalo, enorme este club que me ha llegado al corazón por a la gente que lo compone.
Hasta la próxima, que seguro que habrá más.
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